El Escritor
Empecé a escribir porque...
Nicaragua es un país donde todo el mundo es escritor o poeta alguna vez en su vida. Probablemente mi ánimo para incursionar en estas lides vino del estudio que en la escuela secundaria se hace de la literatura. En mi estadía en el INO (Instituto Nacional de Occidente) en León tuve algunos compañeros que se atrevían a leer sus poemas durante las clases de español, los compañeros se burlaban siempre de quienes tenían la osadía de tomar el escenario y ofrecernos sus trabajos. Los poetas siempre han sido vistos como locos, como seres que viven en una realidad diferente.
Recuerdo a Silvio Fonseca (tuve un hermano con ese mismo nombre y apellido) quien con todo su nerviosismo pasaba a leernos sus poemas. Mis primeras experiencias fueron las comunes de todo chavalo que piensa que es fácil escribir un poema si se siguen ciertas reglas literarias. El problema es descubrir que uno escribe las mismas cosas trilladas que tus amigos también escriben. Siempre la primera motivación está ligada a esos primeros amores de la adolescencia. Debo confesar que algo que marcó un punto de referencia en mis primeras incursiones fue escribir un poema para una muchacha que me gustaba y pretendía que fuera mi novia. Llevaba cierto tiempo visitándola y un poema sería fabuloso. Pues bien, uno de los versos del poema contenía la frase “porque mi amor es más grande que todo el universo” para que supiera lo que estaba sintiendo por ella. Una noche se lo entregué y me quedé nervioso esperando su reacción. “Está muy lindo” me dijo y nos sentamos a conversar. Una semana después ella me pidió que fuéramos a una charla para jóvenes que impartiría un cura jesuita, así que nos encaminamos a la iglesia El Laborío donde se realizaría la actividad. Cuando llegamos estaba lleno de jóvenes, nos sentamos… en un momento el conferencista señaló: “Hoy en día los muchachos hacen cualquier cosa para conquistar el corazón de su amada, las invitan al cine, les regalan flores, les llevan serenata y les escriben poemas donde les dicen que su amor es más grande que todo el universo”… cuando escuché eso sentí que me iba a hundir en la banca. Mi amiga sonrió y yo me quedé pensando sobre lo que implica agarrar un lápiz y ponerse uno a escribir un poema
Sin duda la experiencia anterior me obligó a tomar en serio ese apasionado impulso de escribir poesía. Más tarde, la profesora de español nos habló del Movimiento Vanguardista de José Coronel Urtecho, Luis Alberto Cabrales, conocí la poesía de Joaquín Pasos y quedé estupefacto cuando leí su “Canto de guerra de las cosas”, ¡Qué increíble poesía! Luego vino Manolo Cuadra, PAC, los Ernestos, Alfonso Cortés y su poesía metafísica… en fin, había una avalancha de entusiasmo cada vez que iba descubriendo la riqueza de la poesía nicaragüense.
También pude leer un poco de los poetas españoles, García Lorca y Miguel Hernández. Más tarde llegaron otros… a Dios gracias el modernismo dariano no me atrajo mucho, aunque a decir verdad en ciertas ocasiones me agrada escribir pequeños poemas en verso rimado como este que dice…
Réquiem al cabello largo de Bianca
Bianca de pronto se ha cortado el pelo/ Y luce fresca como rosa blanca
Un viento suave se llevó el cabello/ Que caía triste a los pies de Bianca.
Su sonrisa de ángel huido del cielo/ Me mira mirándola sin mucha malicia
Bianca de pronto se ha cortado el pelo/ Sin que yo pudiera darle una caricia.
JC
Feb-2004
En cierto momento asumí que empezaba a escribir poemas con más conocimiento, con más herramientas, con más motivación… así que surgieron mis poemas políticos, mis poemas sociales, los argumentos iniciales fueron esos, poemas contra Somoza, poemas de las luchas de clases. Vino la guerra y el escenario se volvió terrible… muerte, destrucción, explosiones, gritos, oscuridad… había que escribir sobre lo que estaba pasando. También tuvo que llegar el momento del triunfo del pueblo sobre la dictadura, la alegría de la liberación, el júbilo, la reconstrucción y el regreso a continuar lo que dejamos pendiente. Apenas había hecho un año de universidad cuando la guerra se intensificó, así que posteriormente tuve que volver a la facultad a lidiar con cadáveres, microscopios, las batas blancas, la biblioteca y los desvelos estudiando hasta la madrugada.
Mi vida se reducía a escribir poemas y canciones y al estudio de la medicina. Un día noté que se habían acumulado tantos poemas como para enviar un buen número a un concurso que organizó la universidad en aquellos días. Vivía con mi madre en un complejo habitacional para la clase media que ahora se llamaba Villa 23 de julio. En la misma casa de donde salimos un día huyendo de la guardia somocista. Aún recuerdo aquel pequeño rótulo en la puerta que decía “Se inyecta” pues mi madre era experta en esos menesteres de las agujas y jeringas. Había un jardín en el frente de la casa donde mi madre había sembrado albahaca, así que al entrar yo pasaba sacudiendo sus ramas y aquel olor tan agradable inundaba la casa. También tenía siete gatos que dormían conmigo. No sé cómo fueron llegando pero estaban por todos lados, uno de ellos se llamaba Jimmy en honor a un compañero de la secundaria que después también fue mi compañero en la facultad (Jimmy Espinal el flaco). Hasta este lugar llegaron dos poetas de la universidad a notificarme que había ganado el certamen de poesía, uno de ellos era Jorge Eduardo Arguello, quien me invitó a pertenecer al grupo de poetas de la universidad. Recuerdo que una tarde me reuní con el poeta Fanor Téllez quien junto a Jorge Eduardo habían sido los jurados del certamen. Fanor con toda la solemnidad del caso me hizo unos cuantos elogios y entre otras cosas me recomendó cambiar el título a mi poema “Ciudad deshabitada”, ya Ernesto Cardenal escribió un poema con ese mismo título me dijo y me sugirió títulos alternativos. Yo sentí una vergüenza mayúscula por mi desconocimiento de ese poema famoso de Cardenal. Mi poema pasó a titularse “Ciudad desierta”. A partir de ese momento, Jorge Eduardo y Fanor fueron mis padrinos en la poesía, me invitaban a toda actividad literaria y participaba junto con ellos, recuerdo así la visita al Maratón de poesía en ciudad Darío donde la delegación de León su participación. Otra amistad que logré fue la del poeta Alejandro “El negro” Bravo, quien junto a Fanor y Jorge Eduardo laboraban para la UNAN León. Junto a ellos tuve la oportunidad de asistir a un convivio de poetas durante una jornada dariana a inicios de 1985, estuvimos en Poneloya en la casa de protocolo de la alcaldía de León, donde pude conocer y conversar con los poetas cubanos Eliseo Diego y Cintio Vitier, no obstante la experiencia más extraordinaria fue conversar unos minutos con José Coronel Urtecho, quien además aceptó complaciente firmar una constancia (redactada por mí) de que estaba en “asuntos culturales” para presentarla en mi trabajo pues ya trabajaba como docente de la universidad. El Negro Bravo me sugirió: “redactala en verso” y así apresuré unos versos en una hoja de cuaderno:
Constancia
Por este medio hago constar/ que el poeta Juan Centeno,
sin mucho afán y sereno/ hoy no fue a trabajar.
Se lo ha llevado una ola/ muy gigante y sin freno
de poetas hacia el mar.
Luego se la llevé nervioso a JCU quien la leyó y le causó cierta gracia, entonces con su mano muy temblorosa procedió a firmarla. Yo no lo podía creer… Al día siguiente hice una fotocopia de la constancia y se la entregué a mi jefe. Esa constancia permaneció doblada entre las páginas de un ejemplar del libro “Poemas de un joven” de Joaquín Pasos, hasta que pasados los años me di cuenta que el libro había desaparecido del estante. Una búsqueda desesperada no dio ningún resultado y así esta anécdota pasó a ser historia.
El Grupo Perfil
El grupo PERFIL fue fundado en 1985 por quien escribe estas letras, después de haberme incorporado un año antes como profesor a la Facultad de Medicina de la UNAN LEON. El trabajo en la facultad me permitió conocer a estudiantes que tenían inclinaciones literarias a quienes invité a reunirnos para platicar sobre poesía, arte, literatura etc. Las personas que acudieron al llamado fueron:
Omar Avilés (Matagalpa)
Marianela Corriols (Matagalpa)
Norberto Briones (Estelí)
Charles Wallace (Bluefields)
Todos estudiantes de medicina de la Unan de León.
Nos reuníamos en mi oficina en el Hospital Escuela de León o en la casa donde vivía Omar Avilés, nunca faltaba el humeante café traído del norte por mis amigos. Así comenzamos a intercambiar poemas y a discutir nuestras opiniones sobre aspectos culturales. Esto no tenía características de lo que era en ese entonces los Talleres de poesía, con los cuales nunca estuve de acuerdo, sino más bien era un club de amigos intercambiando experiencias. El nombre de PERFIL lo sugerí al grupo por dos razones:
Todos estábamos vinculados al área de la salud (yo como profesor y ellos como estudiantes de medicina), o sea que teníamos un perfil similar desde el punto de vista profesional.
Hay un poema muy bueno de Manolo Cuadra llamado PERFIL. Este poeta fue parte del Movimiento de Vanguardia, movimiento que he admirado siempre y por lo tanto traté de que ellos también se sintieran atraídos por ese grupo.
Todos estuvieron de acuerdo y así nos dimos a conocer.
Cada uno tenía su propia identidad. Omar nos inyectaba humor, entusiasmo, alegría… y nos recitaba sus poemas llenos de sátiras contra la guerra. Era el único que tenía figura de poeta, llevaba sandalias, una cotona blanca (siempre usa cotonas) y lucía unos lentes gruesos que hacían juego con su barba. Norberto era alocado y se metía en todo. Creo que fue dirigente estudiantil, alumno ayudante, etc etc. Charles era muy metódico en todo, muy amable, las cosas las explicaba hasta en los últimos detalles, algo tímido. Marianela también era un poco tímida al comienzo pero una vez que se sentía en ambiente se posesionaba del territorio. Todos la cuidábamos y era la chica del grupo. Pasó bastante tiempo para que la convenciéramos de que mostrara sus escritos. Tenía cierta inseguridad o temor. Finalmente llegó a mi oficina y me enseñó un rollo de papelitos del tamaño de tarjetas de presentación, eran sus poemas, algunos muy breves pero con una profundidad inmensa. Nadie dudó de la maestría y talento con que armaba sus versos, algunos muy avanzados tomando en cuenta su edad. De esa época recuerdo Cementerio y Geometría de la mujer. Ella también era hiperactiva en cuanto a actividades en la facultad, participaba en todo, siempre le gustó la investigación y desde temprano le interesó la Salud Pública (a lo que se dedicó posteriormente).
En esa época el rector de la universidad me había delegado algunas actividades culturales, las cuales aproveché para asistir con el grupo PERFIL representando a la universidad de León en eventos de carácter nacional. Asistimos los primeros años a los encuentros universitarios de poesía que organizaba el poeta Pablo Centeno Gómez de la Unan Managua. También fuimos invitados a varias asambleas en la casa de la ASTC (Asociación sandinista de trabajadores de la cultura, al mando de la poeta Rosario Murillo) en Managua. Esto nos dio alguna proyección que hizo que más tarde fuéramos invitados a eventos en otros lugares. La primera publicación un poco apresurada del grupo fue ESTOS COMETAS SIN LUNA un pequeño folleto de unas 12 páginas hecho con un mimeógrafo de la facultad. Esa fue nuestra carta de presentación en muchos lugares. Por falta de recursos se reprodujeron pocos ejemplares que se agotaron con facilidad (en algún lugar de mi casa debe andar un ejemplar) aquí publicamos todos y nos daba orgullo exponer algunos ejemplares en los encuentros de poesía. Posteriormente vino la revista del grupo, que se llamó obviamente PERFIL, para su publicación siempre contamos con el apoyo del sindicato de profesores de la universidad, quien hizo suya la revista. En la armada e ilustraciones de la revista nos ayudó Daniel Pulido y Pablo Cristo Blamis quienes se incorporaron y trabajaron con el grupo posteriormente. Se editaron 5 números de la revista con grandes esfuerzos.
Segunda etapa del grupo
La primera generación del grupo Perfil estaba casi predestinada a desintegrarse debido a que los miembros iban a terminar la carrera de medicina en la universidad y tendrían que marcharse de la ciudad de León, en efecto eso fue ocurriendo. Sin embargo otros miembros se incorporaron como María Eugenia Marín y Mauricio Rayo, ambos odontólogos y profesores de la facultad de Odontología. Otras personas también frecuentaron el grupo y participaron en las tertulias. El poeta Omar Avilés, antes de despedirse de Léon para ir a trabajar de médico, visitó Austria en compañía de su novia Rita, originaria de ese país, el poeta Avilés recaudó en Austria 150 dólares para el grupo Perfil, los cuales me entregó antes de partir. Con esa plata organizamos actividades y tertulias literarias en la Casa de Cultura de León. Como había guaro gratis para los poetas, aquello se convirtió en un aquelarre incontrolable. Cada sábado llegaba más y más gente hasta convertirse en una gran asamblea donde algunos querían redactar estatutos, armar directivas, comisiones etc. Cuando perdimos el control suspendimos las tertulias y continuamos reuniéndonos en grupo pequeño en otros lugares.
El grupo Perfil dejó de reunirse a comienzos de los 90. Dos de sus miembros (Marianela Corriols y Juan Centeno) aparecen en la antología PANORAMICA DE LA LITERATURA JOVEN DE NICARAGUA (1986 ASTC). En la actualidad Marianela es quien ha tenido más actividad literaria y publicaciones. Por mi parte yo he publicado 3 libros
AMOREXIA (Poemas y Cuentos de Fin de Siglo 1998)
El Otro Paraíso (Cuentos de amor) 2002.
Más allá de la fantasía (2013)
En 1998 tuve la oportunidad de publicar mi primer libro “AMOREXIA, Poemas y cuentos de fin de siglo”. Se hizo en la Editorial Universitaria (de la UNAN León) bajo la aprobación del rector Ernesto Medina. Cuando supe que la imprenta esperaba por mi libro corrí a preparar la portada que era lo que faltaba. Le pedí a mi amigo el fotógrafo Memo Cuevas (QEPD) que me consiguiera fotos de atardeceres en Poneloya, así obtuve una portada que tiempo después vi en muchas portadas de libros… fui a la imprenta, les entregué la foto y el texto de la portada y contraportada, para mi sorpresa un tipo de la imprenta se adjudicó el “diseño de portada” por haber escogido el tipo de letra o tipografía. La segunda sorpresa fue cuando estaban armando y pegando las portadas al libro, el texto de la contraportada no se leía bien, la letra muy diminuta y débil el contraste. Arrancaron las portadas y se hizo de nuevo (se tenía que llevar a Managua porque en León no existía la separación de colores). En el proceso de pegado de la segunda portada me fijé (siempre en el texto de la contraportada) que mi fecha de nacimiento era 1927 en vez de 1957 y además contenía errores ortográficos. De nuevo a despegar las portadas. En resumen, la tercera portada quedó bien y yo presenté mi libro en el paraninfo de la universidad. Entonces sentí por primera vez esa emoción maravillosa de firmar un libro a personas que están en una larga fila. (Escuchar nota periodística de Don Armando Quintero en el noticiero Nicaragua Adentro).
Años más tarde salió a luz el libro “El otro paraíso”, un conjunto de cinco relatos que participó en el certamen de los “Juegos florales de Centroamérica y el caribe” organizado por el Teatro José de la Cruz Mena en 2001. Por la escasez de recursos de los organizadores se publicó en un solo libro a los ganadores en la rama de cuento (Juan Centeno) y en poesía (Esthela Calderón). En principio una bella modelo de Managua (hija del político Wilfredo Navarro) iba a aparecer en mi portada, sin embargo los organizadores decidieron que portadas irían y se llevó a la imprenta. El diseño que yo propuse para el libro fue aceptado y era que cada autor tuviera su portada a un lado del libro, de esa manera se podía empezar a leer el libro desde cualquiera de las dos portadas. El día de la entrega de los libros hubo un acto oficial al cual no asistí por estar en desacuerdo en cómo se manejó la confección de las portadas. Es de suponer que tuve que pedir una disculpa a la modelo por dejarla plantada con la idea de que saldría fotografiada en mi libro.
El Grupo Fragua
A comienzos del nuevo milenio, allá por el año 2005 se crea en León el Grupo Literario FRAGUA. Ciertamente yo me había prometido no volver a estar en grupos literarios, sin embargo esta agrupación estaba conformada por viejos amigos entre los cuales teníamos muchas cosas en común, fue así como entré al grupo, no sin antes condicionar mi entrada, la condición fue que el poeta Fernando Núñez (el ronco Núñez) fuera presidente honorario del Grupo Fragua, lo cual fue aceptado. Sus miembros eran: Mauricio Rayo quien hacía de coordinador, Enrique Langrand, Daniel Pulido, Jesús Estrada, Jaime Buitrago, Denis Pichardo, Gustavo Delgado y yo. El grupo hacía sus recitales en la Alianza Francesa de León y contaba con el apoyo de sus directivos de entonces Jean Michel Maes y Michelle DelaPlace. Cuando cambiaron las cabezas de la Alianza Francesa se terminaron los recitales. Este grupo logró publicar una antología con poemas y relatos de sus miembros.
En 2013 se realiza el lanzamiento del libro que recoge gran parte de mis cuentos: Más allá de la fantasía. Aparece gracias al apoyo de mi amiga la poeta Esthela Calderón y su “Promotora Cultural Leonesa” y trae 24 historias de las más representativas de mi obra literaria. En una sección de esta página podrán leer todos los cuentos.
Este libro inicia con un prólogo autobiográfico de última hora, con reseñas de las diferentes épocas de mi vida hasta el momento actual. Tuve la fortuna de encontrar una bella fotografía de una de mis estudiantes de medicina y no dudé en hacerle la propuesta para que apareciera en la portada. Así podemos ver a Fabiola Gaitán fotografiada por Mayerling García en una imagen en blanco y negro que le quedó exquisitamente bien a este libro de cuentos. El diseño del libro estuvo a cargo de mi hijo Dylan Centeno quien atendió los aspectos técnicos y estéticos de esta obra.
Ese mismo año (2013) se presentó en el Festival de Granada el libro “Las cartas sobre la mesa” una antología de los poetas de la generación de los años 80. En esta obra comparto páginas con los poetas que nos iniciamos en esta década. Fue editada por los poetas Carlos Castro Jo y Carlos Calero.
Para terminar, me he propuesto reunir en algún lugar de este sitio web mis escritos dispersos que han aparecido en blogs, redes sociales, y otros lugares… gracias por llegar hasta aquí.
FIN